Andrew Nembhard y Aaron Neismith coqueteraron con problemas de faltas, pero entendieron que ante este fabuloso equipo del Thunder no pueden negociar la intensidad; ese es el único camino al triunfo. 5g4b6x
INDIANAPOLIS -- Hace ya par de temporadas que los Indiana Pacers tienen una ofensiva históricamente buena. e2cy Cuando ellos logran jugar al ritmo que prefieren, son extremadamente difíciles de detener. En estos playoffs, 114 ha sido su número mágico, dado que cuando llegan a esa cifra, todavía no conocen la derrota en esta postemporada. Una de las grandes preguntas en la antesala al tercer partido era: ¿Podrán los Pacers genuinamente aprovechar los minutos sin Shai Gilgeous-Alexander en cancha? Y vaya que lo hicieron, y personalmente más allá de lo que digan las estadísticas, considero que el armador reserva T.J. McConnell cambió el curso del partido cuando ingreso en el final del primer cuarto. El Thunder había construido una ventaja de nueve puntos, y se jugaba al ritmo de Oklahoma City. McConnell sólo conoce una velocidad, y nunca negocia la intensidad, y con su empuje no sólo presionó a la defensiva del Thunder, sino que además contagió a sus compañeros.  Mútiples canastas, asistencias y robos marcaron un punto de inflexión. McConnell se dirigió al público local, y les pidió su arenga. A partir de ese momento, el partido se empezó a jugar al ritmo de los Pacers, que nunca volvieron a mirar atrás. La banca del Thunder había sido mejor a sus pares de los Pacers en los primeros dos juegos, pero Indiana envió en mensaje enfático en su casa. La banca de Indiana anotó 49 puntos contra los 18 de la banca del Thunder; Bennedict Mathurin tuvo 27 tantos, y respondió cada vez que acudieron a él. Sin embargo, lo que tal vez más me sorprendió, fue cómo los Pacers incomodaron a Gilgeous-Alexander. La realidad es que Indiana tiene a dos perros de presa en Aaron Neismith y Andrew Nembhard. Jalen Brunson los vivió en carne propia en la serie anterior, y SGA los está sufriendo ahora. A las estrellas no se las puede detener, sino limitar, y el dúo defensivo estelar de los Pacers incomodó a Gilgeous-Alexander al punto, que apenas encestó el 35 por ciento de sus intentos cuando fue marcado por uno de ellos dos. Nembhard y Neismith coqueteraron con problemas de faltas, pero entendieron que ante este fabuloso equipo del Thunder no pueden negociar la intensidad; ese es el único camino al triunfo. Constántemente lo tomaron en cancha completa, y SGA tenía las manos en jarra al final del partido, y su fatiga era evidente. Indiana lo hizo trabajar por todo, y eso es todo lo que le puedes pedir a los Pacers. Y al ver el esfuerzo de McConnell, Nembhard y Neismith, sus compañeros se contagiaron. Hasta el propio Tyrese Haliburton, a quien el Thunder ataca con frecuencia, cambió la disposición defensiva, y tuvo algunos robos muy oportunos. Luego, Pascal Siakam, Myles Turner y Obi Toppin, tuvieron tapas cruciales sobre el final para definir el encuentro. Así te gana Indiana, con la fortaleza en números y sin negociar la intensidad. Y ahora surge otra pregunta: ¿Podrán sostener esta intensidad en lo que resta de la serie? Es el único camino para los Pacers.
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